¡Hola de nuevo! Hoy os explicaremos todo lo que hemos aprendido con la Misión 3.
En las dos misiones anteriores asentamos las bases acerca del desarrollo de los niños y niñas, tanto a nivel biológico y social como a nivel cognitivo. Pudimos aprender las diferentes características de estos desarrollos y las herramientas que podemos utilizar como docentes para potenciar que se produzcan de manera correcta, como las aulas multisensoriales que vimos en la Misión 2. Y en esta misión, hemos aprendido también sobre nuevas técnicas de aprendizaje. Por ejemplo, hemos trabajado el Aprendizaje Basado en el Pensamiento (ABP), que es un tipo de metodología que busca que los docentes enseñen a su alumnado a pensar, para que desarrolle un pensamiento crítico.
Por otro lado, otra herramienta que hemos puesto en práctica ha sido crear un visual thinking, una técnica metodológica que organiza y representa el pensamiento mediante dibujos e imágenes. Su implementación enriquece el aprendizaje al atender las inteligencias múltiples, las necesidades individuales y los estilos de aprendizaje. Es útil en cualquier nivel educativo y en cualquier área, ya que ayuda al alumnado a hacer visible su pensamiento, permitiéndoles usar esta herramienta para realizar tareas como presentaciones o apuntes, por ello no nos cabe duda de que tendremos muy en cuenta esta herramienta para implementarla en nuestras aulas en un futuro. El proceso del pensamiento visual consta de cuatro pasos: mirar, ver, imaginar y mostrar. Primero, se observa y se recopila la información visual relevante. Luego, se selecciona y se agrupa esa información mediante las relaciones entre los elementos. En el tercer paso, se interpreta y se manipula creativamente la información para expandir las posibilidades. Y, finalmente, se decide qué información mostrar y cómo presentarla. Entre sus ventajas, destacan la facilidad para retener y memorizar la información y la capacidad de ver la información de manera global. Además, con su realización adquirimos competencias transversales como el desarrollo creativo y emocional y la organización lógica de las ideas.
Otra estrategia pedagógica que hemos aprendido y realizado son las rutinas del pensamiento, que también están relacionadas con el desarrollo de las habilidades del pensamiento crítico, reflexivo y creativo en los estudiantes. Estas rutinas consisten en patrones simples y repetitivos de actividades que fomentan el análisis, la exploración y la reflexión. Se utilizan en el aula para estructurar la manera en que los alumnos abordan ideas, problemas o conceptos, promoviendo una comprensión más profunda. Para realizar la rutina del pensamiento de las lecturas, primero trabajamos de manera individual cada una con nuestra lectura, desarrollando la competencia de trabajo autónomo, y después trabajamos colaborativamente para poner en común lo aprendido y realizar las rutinas. Nos centramos en la rutina “principio, medio, final”, para representar la introducción, el desarrollo y el desenlace a través de una imagen y un texto. También hemos utilizado la “escalera de metacognición”, respondiendo a las preguntas: ¿Qué?, ¿Cómo?, ¿Para qué? y ¿Cuándo lo puedo usar? De forma ascendente, como si subiésemos por una escalera, comenzando con preguntas simples y, gradualmente, abordando cuestiones más complejas. Y, gracias a la rutina del “semáforo”, se desarrolla la competencia analítica y de investigación, ya que se debe clasificar la información leída en tres categorías: luz roja (si resulta falso), luz amarilla (si resulta dudoso) y luz verde (si resulta verdadero).
Como futuras maestras, podemos aplicar las rutinas de pensamiento en el aula para desarrollar las habilidades críticas, reflexivas y creativas en los estudiantes. Por ejemplo, “principio, medio, final” ayuda a sintetizar textos o proyectos, mientras que la “escalera de metacognición” fomenta la reflexión sobre el aprendizaje, sus usos y aplicaciones. La rutina del “semáforo” permite analizar información, útil para investigaciones o debates. Estas estrategias se integran fácilmente en diversas áreas curriculares y promueven la autonomía y el trabajo colaborativo, generando hábitos de pensamiento que enriquecen el aprendizaje.
En cuanto al desarrollo de nuestras competencias tecnológicas, en esta misión hemos continuado ampliando nuestras habilidades con la plataforma de diseño y comunicación visual Canva, para la realización de nuestras rutinas del pensamiento y el visual thinking. Es un recurso que siempre utilizamos para crear nuestros materiales porque es realmente útil y fácil de utilizar a la hora de crear cualquier tarea visual. Aparte, como siempre, hemos implementado Instagram para compartir nuestro trabajo con el resto de compañeros y compañeras.
Lo más difícil de esta misión fue crear las rutinas del pensamiento de las lecturas, ya que exigía un análisis más profundo y de una buena estructuración. No obstante, otras tareas nos resultaron más sencillas, como utilizar las herramientas de Canva e Instagram, ya que son intuitivas y nos ayudaron a crear materiales visuales con facilidad. Para mejorar, podríamos gestionar mejor el tiempo y profundizar en el uso creativo de técnicas como el visual thinking.
En conclusión, en esta misión hemos ampliado nuestras habilidades como futuras maestras al aprender metodologías innovadoras que fomentan el pensamiento crítico. A través de técnicas como el Aprendizaje Basado en el Pensamiento, el visual thinking y las rutinas del pensamiento, hemos aprendido a promover la reflexión y a organizar y representar ideas, enriqueciendo el aprendizaje en el aula. Además, hemos fortalecido nuestras competencias tecnológicas, esenciales para el diseño y la comunicación visual. En definitiva, todas estas estrategias nos inspiran a seguir desarrollándonos como docentes.
¡¡Muchas gracias por acompañarnos en esta nueva misión!!¡¡Nos vemos en la siguiente!!
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